Hasta que la luna abandonó a lo prometido por el dolor

Aquí sólo cuento las puertas cerradas,

el ave del anochecer se acerca,

necesito el aliento necesario para sobrevivir,

dubitación y necesidad de unas palabras.

La llave del infierno está acá,

no sé quien eres, eres un cuento magistral,

entre brindis nos llevamos al patrón del desasosiego.

Un arcángel que siempre creyó y pensó,

en aquellas madrugadas de mi vida,

un amor que se quiere sacrificar en el paraíso,

volver a creer en la desviación estándar del fardo.

Viajar a la playa del suspiro de un corazón callado,

no se dan cuenta los motivos para que despierten,

esta cobardía hace que yo vea a Venus desnuda.

Los astros desconocen el sentido de la realidad,

bailan los cuerpos mordaces entre el fuego de lo amado,

seré la tormenta y la estrella más cercana,

que vivirá en la desilusión de la irresolución.

Santos pecados capitales que han petrificado mi cuerpo,

no puedo olvidar al confeso símbolo de la muerte,

podría saltar al vacío de vivir fatigadamente.

Sería inútil tratar de huir o gritar,

eran ciegas mis pupilas dilatadas y desesperadas,

sigue la simulación de los semidioses decidiendo,

que el corazón se arranque a si mismo.

Venerable compañía se ha ido y vuelve,

los coros cantan al himno de la puerta del sol,

llévenme con ustedes intolerables patriarcas.

Vi la vida con dolor y muchos sinónimos de lágrimas,

sólo ruego al destino contemplar,

que la entrada de la desmemoria jamás sufrió,

pero la espera es una garantía de fondos insostenibles.

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